
Woman making fruit punch. Mujer prepara una olla de ponche. Credit of image: Wikimedia Commons / http://commons.wikimedia.org/wiki/File:PONCHE.jpg
La Navidad es una época de ilusiones y para encontrarse con amigos y familiares. También es tiempo de excesos en la comida, que amenazan la salud de todos, en especial de los diabéticos.
[Alcance geográfico: México, Latinonamérica] [Tema: De cómo la Navidad es innecesariamente dulce] [Advertencias: Este artículo es reducido en azúcares y calorías]
Durante la época navideña la gente saca a relucir sus mejores y peores costumbre. Como ejemplo de las peores, la alimentación. De alguna u otra forma, en la época de fin de año toda la gente se confabula para comer demasiado. Por doquier te encontrarás ricos platillos y estarás sometido a la presión de probar cada uno de los manjares que la gente prepara o compra. Todos estos, en grandes cantidades. ¿Quién puede resistirse a la tentación?
Además de que la gente come en mayores cantidades que de costumbre, otro de los excesos de la época navideña consiste en ingerir demasiadas cosas dulces*. Al hablar de «cosas dulces», quiero poner en un sólo concepto no solamente lo que la gente conoce como azúcar refinada, sino también las demás sustancias endulzantes naturales, sin importar su procedencia: de fruta, de maíz, de caña de azúcar, de remolacha o miel de abeja.
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El caso del pastel** hiperglucémico
Vi en TV a Nigella Lawson preparar un pastel** propio de la época navideña, que explicará uno de los motivos por los que comemos tantas cosas dulces en el invierno. Cuando la receta parecía suficientemente dulce, esta cocinera y periodista inglesa todavía añadió azúcar, en cantidades que no eran nada recatadas. Además de los componentes dulces, el pastel ya contenía harinas refinadas y grasas en generosas cantidades. Las calorías en exceso, en cualquiera de sus presentaciones, no son recomendables para un diabético.
Para opinar con fundamento, intenté buscar la receta de este pastel en el sitio Nigella.com, sin éxito. Me hubiera gustado compartir todos los ingredientes y sus cantidades con precisión. De algo estoy seguro: un pastel como el que describo no tiene forma de ser apto para diabéticos; ni siquiera si se sustituye el azúcar por un endulzante artificial.
El problema con cualquier fruit cake y otros pasteles navideños es que están en el lugar equivocado. Me explico. Nigella vive en el barrio de Chelsea, en el centro de la capital inglesa, cuyas condiciones son distintas a las de nuestros rumbos, más bien tropicales. Primero está el clima: aunque Londres es templado, la temperatura promedio en invierno es de 5 grados Celsius (41 Farenheit), es decir, una temperatura más baja que la de muchos países de nuestra Latinoamérica. Luego están los factores de sedentarismo a los que estamos acostumbrados. En Ciudad de México, por ejemplo, la clase media se niega a racionalizar el uso del automóvil particular, y en general no hay una costumbre de ejercitarse diariamente. En Londres, por lo contrario, el día a día obliga a caminar. En la capital de Inglaterra y en el resto de Europa, el frío hace que el cuerpo demande muchas calorías (para producir calor).
En pocas palabras, las miles de calorías del pastel de Nigella no causarán mayores problemas a un londinense, porque serán consumidas por la actividad física y el frío. De este lado del Atlántico, sin la necesidad de contrarrestar un frío intenso, y ante la falta de ejercicio, es más fácil que las calorías en exceso se dediquen a hacernos gordos crear concentraciones de grasas en el cuerpo y exponernos a padecer diabetes.
Con el panorama arriba explicado, ahora notarás que en Londres y en otros lugares de los que importamos parte de nuestra cultura (con todo y su comida), se justifica un poco más que la gente consuma grandes cantidades de calorías, en forma de harinas y sustancias dulces. Si un londinense o cualquier habitante de ciudades europeas tiene que caminar a diario y gastar más energía para soportar el frío, el dulce en exceso no será un problema tan severo que para un habitante de un país tropical.
El pastel de Nigella no sería catalogado como un placer culposo si la dieta latinoamericana actual no estuviera plagada de cosas dulces y si no existiera un abuso de alimentos endulzados. Lee las etiquetas de todo lo que comes, localiza los azúcares y haz cuentas. No te fíes del sabor, sino en lo que diga la etiqueta. Con frecuencia encontrarás que algunos alimentos o bebidas que tú crees que casi no tienen azúcar, al contrario, las tienen en grandes cantidades.
Además de un rico fruit cake, las tentaciones a las que nadie se resiste en el invierno son muchas: jamón al horno, relleno de pavo, ponche, pasteles, pudines y rosca de reyes, entre otros. Todos los que mencioné tienen algo en común: en sus recetas hay ingredientes dulces, que inevitablemente se contabilizan en el total de cosas dulces* ingeridas a lo largo del día.
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Los endulzantes artificiales, ¿son una buena alternativa?… No
Muchos creen que es una buena idea quitar los azúcares refinados de las comidas y bebidas y, en su lugar, agregar endulzantes artificiales. Sólo para poner un ejemplo, en una búsqueda rápida conseguí la receta de ponche para diabéticos, que sugiere «sustituto de azúcar al gusto». Antes que lo prepares, espera mi explicación y mi sugerencia.
Las sustancias endulzantes artificiales son sólo una alternativa para negar lo inevitable: somos adictos a los sabores dulces. Creo que sustituir las cosas dulces* por endulzantes artificiales equivale a que un adicto a la cocaína ingiera otra droga, por ejemplo, el metilfenidato. La adicción no se quitará, por lo que probablemente el adicto regresará a su gusto culposo, tarde o temprano.
Otros riesgos de los endulzantes artificiales no están debidamente documentados y la información al respecto está intencionalmente manipulada. Este es un tema muy difícil, en el cual no ahondaré.
Antes de dar mi receta, hay que hacer notar que un ponche para diabéticos es una falacia, ya que las frutas contienen fructosa, que forma parte de lo que incluyo en mi concepto de cosas dulces*. Aunque sea natural, en cantidades suficientes, la fructosa también ocasiona diabetes.
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La receta del ponche
A mi receta de ponche para diabéticos hay que quitarle o reducir todos los ingredientes que sean ácidos: la flor de jamaica, tamarindo, y cítricos, como la naranja. Si se eliminan o reducen los sabores ácidos, no sentirás necesidad de agregar endulzantes.
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La lista de ingredientes:
1/2 kg de guayaba
1/4 kg de tejocotes
150 gr de caña de azúcar
100 gr de uvas pasas o ciruelas pasas
5 litros de agua
Canela al gusto
Un puño pequeño de flor de jamaica o de tamarindos (sólo uno de los dos)
Modo de preparación. Cortar la guayaba, los tejocotes y la caña (previamente lavados) en pedazos pequeños. Deshuesar los tejocotes. Agregar todos los ingredientes en una olla con el agua, hervir por 40 minutos o hasta que la fruta esté suave, sin deshacerse.
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Aclaraciones finales
Los ingredientes del ponche contienen suficientes sustancias dulces, así que no es necesario agregar azúcar (blanca o morena), piloncillo, jarabe de maíz, miel, fructosa, ni mucho menos endulzantes artificiales. Al principio sabrá distinto a lo que estás acostumbrado; pero, ¿no sientes lo mismo por los alimentos con poca sal?
Ahora sólo queda que tomes este ponche con moderación. A pesar de que no tenga endulzantes refinados, el ponche de todas formas contiene cosas dulces* en grandes cantidades, que se acumularán con los endulzantes que contienen la mayoría de los demás alimentos y bebidas que se consumen en la época invernal.
Otra aclaración: agregar ron o algún otro alcohol al ponche, equivale a endulzarlo, ya que el alcohol metabolizado es, a fin de cuentas, otra fuente de azúcares para el cuerpo, que también ocasiona diabetes. A pesar de que (finalmente) todos tenemos claro que los azúcares en exceso son nocivos, ante una sociedad adicta a lo dulce evitar la diabetes puede ser mal visto, porque parecerás un aburrido frente a los demás. Es curioso, algunas persona piensan lo mismo de los que no se drogan. ¿Será entonces que debes cambiar de amigos?
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*Cosas dulces. En este concepto se incluyen las sustancias endulzantes naturales que provienen de la fruta, del maíz, de la caña de azúcar, de la remolacha, de la miel de abeja, etc.
**Pastel. Así se llama en México a lo que buena parte de Latinoamérica se conoce como «torta» o tarta, es decir, un platillo horneado, generalmente con harina de trigo o de maíz, y casi siempre dulce.
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10/Ene/2014. Primera revisión. Correcciones de redacción.